lunes, 23 de mayo de 2011

Primeras valoraciones

Tras estos meses de puesta en marcha e implementación del programa, se perciben ya las primeras opiniones fundadas en lo que vemos, en lo que perciben los alumnos. Tal vez sea pronto, pero una evaluación continua precisa parar de vez en cuando y reflexionar sobre lo que vemos:
- En primer lugar, se habla más. El diálogo como instrumento de convivencia, tantas veces citado y defendido, tiene, ahora sí, un cauce claro de expresión y formulación. No sólo se les invita a dialogar, se les enseña a dialogar, ven ejemplos de ello y "al menos en teoría" somos ejemplo ello.
- Empieza a calar la conciencia de la diferencia que existe entre conflictos interpersonales y conflictos de convivencia en los profesores. En un primer momento, afrontan este tipo de programas desde la idea de que disminuirá el número de partes, y de conflictos de disciplina. Tras la formación inicial y la comprensión de la dinámica de los conflictos interpersonales empiezan a enfocar de distinta manera. El contexto, la comunicación bien entendida y afrontada de manera más hábil es lo que genera un mejor clima. La comunicación es bidireccional, y por tanto, mis actitudes, mis palabras y mi escucha pueden amortiguar muchas de las emociones que se dan cita en un contexto como el escolar. Soy agente activo de convivencia, no tanto de disciplina, y los alumnos también.
- Para los alumnos es un referente. Entienden que es una herramienta a su servicio, que pueden o no usar, y de hecho algunos de ellos no quieren participar. En su aula hay dos o tres compañeros que pueden ayudarles básicamente escuchándoles, y "dándoles buenos consejos". Los mediadores por su parte parecen muy conscientes de su labor objetiva, neutral, y no protagonista. Dinamizan, animan, pautan, regulan el diálogo.
- El Reglamento de Régimen Interior se enriquece. Es labor para revisar de cara al próximo curso, pero entre las medidas a tomar debe figurar la mediación así como las consecuencias de esta. Un Reglamento muy detallista de conductas y comportamientos así como las sanciones correspondientes, poco flexible y muy pobre. Es interesante dar cabida a propuestas que hacen los propios alumnos para resolver sus conflictos, y darles una especial relevancia a las mismas. Si les damos confianza y protagonismo hemos de potenciar sus alternativas, sus propuestas de sanción o de acuerdos. Y ésto debe ser palpable por su parte, deben verse reflejados en las normas de conducta y en el Reglamento, así nos creerán, a través de acciones coherentes con nuestros mensajes.
- Los padres han sido un apoyo desde el inicio, aunque en las ocasiones en las que se ven involucrados les falta paciencia y saber esperar. Los procesos son más lentos en sus hijos que en ellos mismos. Los conflictos requieren tiempo, los acuerdos requieren ser revisados, evaluar cómo evolucionan las situaciones. 
Y ya salen algunos aspectos a mejorar: hay que promocionarlo un poco más, hay padres que aún no tienen claro cómo se desarrolla; conviene descender al último ciclo de Primaria para empezar a familiarizar a los niños y niñas con estas dinámicas más participativas, es preciso tener en cuenta que en determinadas épocas (exámenes, evaluaciones) la tensión requiere una mayor dosis de concienciación.

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